viernes, 4 de noviembre de 2011

PLAYA DE VALDELAGRANA, El Puerto de Santa María


Dicen los poetas, y El Puerto de Santa María es cuna de algunos vates de gran renombre, que una playa es un trozo de tierra que se ha rendido a la atracción del mar, y como enamorada cae a sus pies fundiéndose con él en infinitos besos de amor.

Una playa es, indudablemente, un mundo aparte, donde no rigen las normas de las calles urbanas, donde sentimos que estamos dentro de otra dimensión, donde los elementos se funden en total armonía.

Los geógrafos, más pragmáticos ellos, niegan esta magia afirmando que sólo se trata del litoral erosionado por la continua acción de las mareas, fenómeno originado por la influencia gravitatoria de la Luna y los cambios de temperatura de las corrientes marinas. 

En cualquier caso lo cierto es que en cuanto las campanas marcan el amanecer de un día sin obligaciones laborales la mayor parte de los jerezanos se cargan con mil trastos y se marchan a pasar la jornada achicharrándose al sol en alguna playa cercana. Y digo yo que por algo será esa necesidad atávica e inconsciente de estar en una playa.

Así nació la fama de la playa de Valdelagrana, hasta hace un par de generaciones un simple trozo de litoral completamente abandonado, excepto por dunas, cangrejos y matorrales. El Puerto de Santa María cuenta con magníficas playas, como las de Fuenterrabía, Santa Catalina, La Calita, La Muralla, El Aculadero y La Puntilla. 

La de Santa Catalina es la más larga, 3.100 metros. La de La Puntilla una de las más conocidas por hallarse junto al casco urbano. Si alguna vez viajáis a El Puerto observad que el centro de esta población es la desembocadura del río Guadalete. Junto a esta arteria se hallan los espacios más turísticos de la ciudad: los dos paseos marítimos, los "cacharritos", los puestos de mariscos, la lonja, las marisquerías, el vaporcito Adriano III, etc.

En la punta opuesta a la entrada de El Puerto se halla la playa de La Puntilla. Al final de su paseo se halla un pequeño bar donde aún se conservan fotos de las tertulias que hace muy pocos años se celebraban allí. Entre esas imágenes retrospectivas hay varias fotografías del propio Alberti, que pasaba allí sus atardeceres. 

A mí la playa que más me gusta es la de La Calita, es la más segura para los niños porque tiene forma de atolón por lo que no alcanza profundidad peligrosa. Lo malo es que tienes que moverte con chanclas porque contiene muchos cantos rodados de gran tamaño, pero es una playa muy simpática porque al bajar la marea muchos peces quedan allí atrapados hasta la llegada liberadora de otra marea.

Pero más allá de la desembocadura, en dirección a Cádiz, se extiende un largo arenal que en razón de las magníficas playas anteriores casi nadie utilizaba. La razón de aquel abandono no se basaba sólo en la distancia a el Puerto sino en que por su posición geográfica el levante castigaba con dureza. 

El levante es un viento especial. En el resto de la península los vientos del este no suelen ser tan jodidos como éste. Aquí cuando sopla de componente este la masa de aire procede del norte de África. En consecuencia es un viento del desierto, cargado de arena y de calor, que tiene la desagradable costumbre de remover todo el suelo. Así, pues, nunca veréis a un habitual intentar comerse una tortilla de patatas en la playa de Valdelagrana, porque sabe que si se levanta el levante se va a "jartá" de arena.

Pero para los jerezanos que carecían, y carecen de playa, Valdelagrana era un tesoro y acogieron a esta playa como propia. Con el tiempo se ha convertido en una de las mejores playas de la provincia, paliado el levante en gran manera por los edificios que se han alzado como residencia veraniega. En sus bajos fueron apareciendo tiendas para suministro de los veraneantes y hoy se hallan casi todas en el paseo marítimo, uno de los más marchosos y baratos de todo el litoral español. 

Conozco esta playa desde hace años, pues era frecuentada por mi familia. Eran tiempos en que camino de la playa se formaba la marabunta (recuerdo una vez en que mi padre tomó el camino de regreso más temprano porque había un partido de la selección y tardamos dos horas en hacer 15 kilómetros). Veías a todo el mundo cargado con los trastos más inverosímiles, porque entonces se podían montar en la franja arenosa auténticas macrotiendas de campaña a base de lonas y de ingenio.

Nosotros éramos más sibaritas. En la parte más occidental de la playa había una serie de casetas de madera que se alquilaban por temporada. Eran pequeñas, no creo que más de 2 x 2 metros, pero en tan reducido espacio te cabían mil trastos que ya no era necesario llevar encima. 

Recuerdo que yo era muy pequeña y tan pronto llegábamos los hombres se instalaban en una mesa playera y se ponían a jugar al dominó (¡y así se tiraban hasta la hora de volver!). Las mujeres les iban poniendo cervecitas y tapitas, se divertían haciendo comidas. A los niños nos animaban a hacer castillitos en la arena y a darnos bañitos continuamente. Unos y otros nos divertíamos.

Esta playa de Valdelagrana, en tiempos como su propio nombre indica " valle de granados", mide algo más de dos kilómetros de longitud, teniendo una anchura media entre 70 y 80 metros. La pendiente es escasa, un 8% donde no se produce ningún salto inesperado por lo que es ideal para los menores. Carece de corrientes peligrosas y de trampas en el fondo, teniendo una arena fina y dorada. 

Algunos consideran un inconveniente suyo el que la temperatura del líquido elemento sea algo más alta de lo normal en zonas de arenas litorales. Por mi parte me parece perfecto, porque nunca me gustó bañarme en agua fría y así se evitan muchos cortes de digestión.

Es una playa muy limpia, la bandera azul de calidad europea parece haber sido diseñada para ella. Está muy cuidada, aunque algunos en la parte occidental entran en la arena incluso con los vehículos. Cuando la marea baja se forma la típica franja de restos de animales marinos, siendo el momento ideal para recoger conchas de curiosas formas. Algas muy pocas. Piedras es muy difícil encontrar, yo no me he tropezado nunca con ninguna. 

A todo lo largo de la playa de Valdelagrana existe, desde hace pocos años, un paseo marítimo de los más bonitos que he visto en España. Junto a él se permite la circulación rodada a escasa velocidad, por lo que si te desplazas en vehículo te recomiendo que uses las vías paralelas.

En la acera que mira al mar se ubican multitud de tiendas de todo tipo. Abundan los restaurantes, especializados en todo tipo de comidas, a precio muy asequible. Entre ellos son famosos el San José (en la parte oriental del paseo, sobre una amplia escalinata) y La Bolera (en la parte central del paseo). Son dos buffets a precios populares. La Bolera es el que más frecuento porque dispone de una gran aparcamiento, aunque la cocina del San José es superior (para mi gusto). 

Pero, además, de estos supermercados de la gastronomía puedes hallar todo tipo de servicios, porque Valdelagrana se ha transformado en una pequeña ciudad que vive mirando a su mar y con una gran afluencia turística. El único que no os recomiendo es la tienda de pollos asados que se halla frente al San José. Son muy lentos, y diciendo esto soy muy generosa.

Lo malo de esta urbanización es que el precio de las viviendas es alto (alto para lo que cuestan los pisos en esta provincia gaditana) y que en invierno parece una ciudad fantasma. Aunque esta tendencia empieza a romperse últimamente, porque se está pasando de alquilar pisos en verano a comprarlos como residencia, y eso está creando una comunidad fija de vecinos. 

La playa de Valdelagrana cuenta con todos los servicios.

Desde pasarelas hasta el borde del mar, hasta accesos con rampas para que ningún discapacitado tenga problemas para disfrutar de este paraíso.

Por supuesto, duchas, alquiler de hamacas y sombrillas, zona reservada para hidropedales, dos zonas balizadas para embarcaciones, balizamiento de límite de zona de baño (¡a 1.700 metros de la orilla!), dos torres de vigilancia, ambulancias, servicios de seguridad, servicios médicos, megafonía (8 postes con fibra de vidrio), bidones para basuras cada 200 metros, etc. 

Y cuatro kioskos con servicios higiénicos que proceden de la época en que el gobierno decidió quitar todos los chiringuitos en las playas. Invocando que eran un espacio comunal se retiraron las casetas (gestionadas por un empleado del cercano Hotel Caballo Blanco) y, poco después, se instalaron kioskos (que, casualmente, en casi todas partes eran de familiares de los políticos que decidían) que, al parecer, no entorpecían el espacio comunal.

Al final de la playa comienza otra playa, la de Levante, con más de 4 kilómetros de espacio casi virgen. Allí no hay edificaciones, sino dunas, matorrales y marismas. En una zona llena de caños y de cangrejos rojos (que han desplazado de las costas atlánticas al cangrejo nativo). Es fácil cogerlos, te esperas a que suba la marea y salen de sus agujeros. Cuando baja la ola se vuelven a esconder. Te basta fijarte dónde se ocultan y poner allí una red o algo así para que se enreden al pretender regresar. 

En esta playa de Levante, continuación natural de la playa de Valdelagrana, hay una zona nudista, aunque casi nunca hay nadie, siendo una zona especialmente tranquila para huir de la masificación de los domingos.

Por último recordarte que todos los servicios playeros cobran vigencia en la época de baños, aquí de 1 de mayo a 31 de octubre. Y recomendarte que te dirijas a la Oficina de Turismo que se halla en la parte oriental del paseo marítimo, porque están acostumbrados a tratar con todo tipo de turistas y seguro que te ayudarán a resolver cuantas dudas se te planteen. 

Y, si te asustan los precios de los alquileres, te recomiendo su cámping (donde incluso alquilan autocaravanas). La única pega que le encuentro a esta playa es el dicho levante. Así que ya sabes, si sopla fuerte acércate a alguna otra de las playas de El Puerto de Santa María, son todas maravillosas y llenas de gente amable y hospitalaria. No te arrepentirás.

1 comentario:

  1. Un sitio precioso al que tengo que ir algun día, que de toda la provincia de Cádiz lo único que conozco es el circuito de Jerez, jaja.

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