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viernes, 24 de agosto de 2012

JEREZ DE LA FRONTERA, Cádiz


La ciudad de Jerez de la Frontera tiene una población de aproximadamente 200.000 habitantes, ocupando el centro geográfico de la provincia andaluza de Cádiz, la más meridional de la península ibérica. Es una ciudad históricamente relacionada tanto con el mundo del caballo como con la viticultura, actualmente muy terciarizada por la crisis del sector bodeguero. Siendo el segundo término municipal más extenso de España, 1412 km², teniendo barriadas rurales a más de 30 kilómetros del centro urbano.
Según los arqueólogos Xera se hallaba en la Barriada de Mesas de Asta, a 12 km de la ciudad, cobrando importancia la ciudad con la llegada de contingentes romanos que fundaron Ceret. Los almohades fortificaron la ciudad, lo que no evitó que Alfonso X el Sabio la conquistase en el año 1264.
El actual trazado urbano quedó configurado en ese año, porque el rey entregó la ciudad a sus capitanes, en pago por participar en la campaña de Ronda, dividiendo Jerez de la Frontera en ocho barrios o colaciones, en cada uno de los cuales instaló una parroquia sobre alguna mezquita o edificio singular del mismo. En extramuros, junto a las dos puertas de acceso de la ciudad se instalaron las dos órdenes mendicantes, dominicos y franciscanos, agrupando a los artesanos en el lado oeste de la ciudad mientras los señores se situaban en el este.
Junto a la puerta, aún visible, del lado este se configuró una gran plaza pública que sirvió de mercado, de cementerio y de hipódromo. Este espacio abierto es hoy la Plaza del Arenal, centro de la ciudad.
A cierta distancia de este lugar emblemático se configuró la calle Francos, donde se instalaron a judíos procedentes del Algarve portugués con la promesa de que sus artículos comerciales quedaban "francos" de impuestos, de ahí el nombre de la calle.
Este esquema se mantiene actualmente, salvo que por el lógico crecimiento demográfico la ciudad se ha extendido horizontalmente. Por lo cual para moverse por esta ciudad basta con descubrir que sus barrios se articulan alrededor de sus medievales parroquias:

- SAN JUAN: Apodada de los Caballeros porque allí se refugiaron los caballeros jerezanos cuando los habitantes musulmanes de la ciudad se rebelaron. Lo más interesente su interior, en tres tramos, mudéjar, gótico y renacentista.

- SAN MIGUEL: Fundada, también, por Alfonso X, es un compendio de distintos estilos porque se terminó ya en el siglo XVIII. Es un modelo muy imitado de torre-fachada, teniendo la portada principal en la propia torre del campanario.

- SAN MATEO: La iglesia gótica más antigua de Jerez, con restos visibles de una mezquita anterior. Se halla en la plaza del Mercado, donde se instalaba el zoco, y donde las casas conservan sus estructuras medievales pues fueron las residencias de los mercaderes judíos. En esta mítica plaza fueron ejecutados los jornaleros de la Mano Negra, grupo anarquista a quienes se les aplicó el garrote vil en el primer juicio que se realizó en España utilizando el código penal.

- SAN LUCAS: Bastante cerca de San Mateo, junto a la ya inexistente cárcel de Belén y a la Inclusa, recubierta por elementos mudéjares y barrocos, siendo lo más interesante su ábside y su imagen del Cristo de las Tres Caídas. Era la iglesia de los más desesperados.

- SAN MARCOS: Del gótico final con algunos elementos mudéjares en sus capillas. Nave gótica con portada mudéjar.

- SAN DIONISIO: En medio del barrio más antiguo de Jerez con la trama urbana más enrevesada, lleno de rincones para pasear y disfrutar del clima soleado en alguna de las distintas terrazas. Es la iglesia donde se nota más su pasado de mezquita, reformada con elementos mudéjares pero de gran sencillez exterior. Custodia la imagen del patrón local.

- SANTIAGO: Inicialmente una ermita fundada por Alfonso X, se convirtió en la parroquia del barrio donde nació el flamenco. Del gótico final su diseño es muy purista. Custodia la imagen del Cristo del Prendimiento, atribuido a la Roldada, patrón de los gitanos.

A lo largo de la historia la localidad ha sido una ciudad de provincias hasta que en 1682 la filoxera destruyó los viñedos franceses y los ingleses incentivaron en esta comarca la implantación de la uva tipo Palomino, creando el sherry. La ciudad se llenó de casas palaciegas y se convirtió en el centro mundial del vino.
El alto precio del mismo y la competencia de los sucedáneos ha ido provocando que las bodegas vayan cerrando y que la ciudad, antes volcada hacia la Vendimia, hoy busque su futuro en los grandes eventos deportivos y en el turismo.
En este sentido es una ciudad con muchos alicientes, por cuanto su fisonomía mantiene su estructura medieval y las edificaciones nobiliarias y porque reúne muchos atractivos turísticos al ser cuna del flamenco, del caballo de raza española y del motor.

CÓMO LLEGAR
Por la moderación de las temperaturas (11º C de media en invierno, 25º C en verano) y las escasas precipitaciones no conviene llevar a la ciudad mucho equipaje. En caso de querer aumentarlo la calle principal de la misma, la calle Larga, es peatonal y con muchas tiendas de moda a buen precio.

La ciudad está bien comunicada: Aeropuerto a 7 kilómetros, estación ferroviaria (de gran belleza arquitectónica, de donde salió el primer tren español), líneas de autobuses y varias carreteras de acceso, entre las que destacan la autopista Sevilla-Jerez, la autovía Jerez-Cádiz y la autovía Jerez-Los Barrios. 


El mar se halla a 15 km, con playas de tipo atlántico (largas, anchas, arena fina, sin corrientes).
En cualquier caso no conviene moverse en vehículo por el centro de la ciudad, que se colapsa fácilmente al haber varias calles peatonales, sino hacerlo por alguna de las dos rondas de circunvalación. En este sentido es recomendable acudir a las Oficinas de Turismo Municipales, si se viene por el norte se puede recurrir a la que se halla en el mismo aeropuerto, si se procede de otra dirección a la que se halla en la Alameda Cristina.
Si lo que se pretende es una visita rápida conviene entrar en la ciudad por su acceso oeste, porque desde allí es posible aparcar fácilmente en el mismo centro urbano y hay muchos alicientes turísticos en poco espacio geográfico.


COSAS QUE VER

- CATEDRAL: Reutilizando una mezquita andalusí, construcción barroca del siglo XVII, con escalinatas de acceso y contrafuertes exteriores para sostener la alta nave central. El campanario está exento, utilizando el minarete musulmán. Al hallarse en la ladera de la loma más alta de Jerez puede ser contemplado desde abajo y desde arriba. En Semana Santa es uno de los puntos cruciales de las procesiones, que la atraviesan. Capillas de las Ánimas, del Cristo de la Viga, de la Inmaculada Concepción y del Sagrario. Cuadro de Zurbarán (La Virgen de niña) y de Juan Rodríguez el Tahonero.

- CARTUJA DE SANTA MARIA DE LA DEFENSION: Es el monumento más importante de la provincia de Cádiz. Monumento Nacional desde 1866 se halla a siete kilómetros del centro, junto al río Guadalete y durante muchos años acogió a la orden cartuja, precisamente la que creó el caballo cartujano o andaluz.

Construida en 1453 por el caballero Alvaro de Valeto, que fue enterrado en su iglesia. Lo más interesante la portada exterior renacentista de Andrés de Ribera y la portada plateresca de la iglesia interior.
El conjunto se divide en jardines exteriores, patio interior, iglesia, celdas de los monjes y talleres. La entrada ha estado prohibida a las mujeres hasta hace poco en que una orden femenina sustituyó a los cartujos. Los monjes contaban que la reina Isabel entró, por ser reina, a visitar el interior y que un monje fue marcando con una tiza por donde pisaba. Tras marcharse cambiaron todas las losas donde había pisado.
Es un lugar misterioso, donde se cuenta que existen galerías subterráneas secretas, propietarios hasta su ida de todas las tierras cercanas.

- ALCÁZAR: Conjunto amurallado de origen almohade, que en su visitable interior acoge la mezquita de la guardia mora, el palacio museo de Villavicencio, la Cámara Oscura, etcétera. Delante de sus torreones se halla la Alameda Vieja, paseo arbolado con templete y diversas actividades, y la entrada de visitas de la Bodega González Byass.

CIRCUITO DE VELOCIDAD: Que recuperó para España las pruebas de Fórmula 1 y dónde siempre hay algunas escuderías probando motores. Se inauguró en abril de 1986. Se halla en la barriada de Torremelgarejo, a diez kilómetros de la ciudad. La comunicación es buena porque se ha construido una autovía. Se puede visitar todos los días, de manera gratuita, aunque sólo se permite entrar en parte del graderío. Constantemente hay entrenamientos.

- ZOOBOTÁNICO ALBERTO DURAN: Es el tercero de España en extensión y el primero en recuperación de especies casi extinguidas, como por ejemplo el lince ibérico o el prehistórico caballo de Prezalwsky.

- EDIFICIOS PALACIEGOS: En la zona central de Jerez de la Frontera se concentran, la gran mayoría en la arteria principal de la ciudad; las más importantes residencias nobiliarias. En ellas se instalaron los capitanes de Alfonso X el Sabio a finales del siglo XIII. No es de extrañar la densidad de escudos nobles porque en 1264 la ciudad tuvo que ser repoblada tras sofocar la rebelión de sus habitantes y porque, tras la toma de Ronda, gran parte de las tropas se licenciaron en Jerez.

- REAL ESCUELA DE ARTE ECUESTRE: Donde se pueden visitar sus instalaciones y museos y presenciar el espectáculo "Cómo bailan los caballos andaluces".

- MUSEO ARQUEOLÓGICO : Con una biblioteca especializada, y con piezas tan notables como el casco griego del siglo VII a. C.

- PALACIO DEL TIEMPO: Museo de relojes antiguos que aún funcionan. Conviene ir a mediodía cuando todos suenan a la vez.

- BODEGAS: En cuyas visitas se puede aprender todo sobre el arte del vino.

- TABLAOS FLAMENCOS: Donde se puede contemplar un espectáculo mientras se cena. Desde aquí recomendaría el Tablao del Bereber.

Las numerosas fiestas locales, entre las que destacan la Feria del Caballo, donde todas las casetas son de acceso libre, las Grandes Pruebas de Motociclismo y de Fórmula 1, la Semana Santa y la salida de la Hermandad del Rocío.


PARA DORMIR Y COMER

La ciudad dispone de cuatro mil plazas hoteleras, la mayoría en hoteles de cuatro y cinco estrellas, pero son insuficientes para los grandes eventos. Conviene reservar antes de desplazarse. Los hoteles de más categoría se concentran en la Avenida de Pedro Domecq, la entrada de la ciudad desde el norte, frente al Recinto Ferial. En el centro urbano se concentran numerosos hoteles de dos y tres estrellas. Si tengo que recomendar alguno, por relación calidad/precio, recomendaría el Hotel Guadalete.

Comer es sencillo, hay muchas opciones. Si se busca un menú barato las ventas de los alrededores ofrecen calidad a buen precio. Si se busca cocina de restauración hay que recurrir a los fogones de los hoteles de la Avenida Pedro Domecq. Si se busca comida casera los restaurantes del centro están especializados en ello. Por todo el centro la costumbre es tapear, habiendo recibido los bares de Mercadería Vieja, en los soportales de la Plaza del Arenal, varios premios nacionales.
La gastronomía jerezana es muy variada, porque por la posición geográfica de la ciudad ha recibido influjos de numerosas culturas. Pescados de la bahía, mariscos, pescados de alta mar, crustáceos, carnes, verduras, legumbres, dulces de sabor andalusí, etcétera entre, por citar algunos, destacan:

- Berza gitana.
- Consomé al jerez.
- Riñones al jerez.
- Puchero.
- Ajo caliente.


LA OFERTA COMERCIAL

Jerez de la Frontera es la ciudad de España que tiene más superficies comerciales. Por ello su oferta es amplísima. La mayoría se ubican en las afueras de la ciudad formando un cordón que la rodea. En su arteria principal,
calle Larga, se agrupan las cadenas textiles importantes. Alrededor de esta calle establecimientos familiares de gran antigüedad y solera.

La zona tiene muchos encantos, de todo tipo. En sus alrededores se hallan varios Parques Naturales, ciudades de gran encanto visual como los Pueblos Blancos, playas inmensas, etcétera. Es una ciudad con un gran potencial turístico.



domingo, 29 de abril de 2012

CIRCUITO DE VELOCIDAD, Jerez de la Frontera

Hasta el año 2006 asistir a una prueba de F-1 en el Circuito de Jerez era una auténtica odisea. Recorrer los cuatro kilómetros que lo separan de la barriada La Granja, en la periferia del casco urbano, suponía meterse en un atasco de no menos de cuatro horas, aunque fueses en moto.

Pero, por uno de esos milagros que de vez en cuando suceden, una promesa electoral se cumplió y ahora el camino está facilitado por una autovía.

Lo que no es solucionable es el atasco humano que inunda los alrededores del Circuito donde todo se alquila en kilómetros a la redonda. Eso sí, todo significa literalmente todo, sobre todo metro cuadrado de terreno se instala una tienda de campaña. La invasión es inenarrable, de lo que sacan buen provecho los vecinos de la barriada rural de Torremelgarejo, que te cobran hasta por hacer aguas menores.

En 1985 la junta directiva del Automóvil Club de Jerez le planteó al entonces alcalde, Pedro Pacheco, la posibilidad de construir un circuito fijo. Hasta entonces Jerez era conocida como una de las ciudades donde las carreras de motos generaban mayor pasión. Se cerraba con vallas el polígono sur y las motos rugían mientras los aficionados hacían lo que podían por colarse. Cuando un grupo de ellos derribaba algunas vallas acudían los servicios de seguridad a impedir su acceso y mientras otro grupo se colaba por otro sitio. Y así, sucesivamente.

Jerez es una ciudad de motos, casi todo el mundo tiene una. En parte debido al buen tiempo en la época invernal y porque el vehículo de dos ruedas es ideal para moverse por las viñas.

Y así Pedro Pacheco asumió el proyecto construyendo un circuito con el que la F-1 volvió a España. Para ello se eligió una vaguada, cercana al Mesón La Cueva, junto a la carretera de Arcos, a 10 kilómetros del centro urbano. La ambición luego disparató el proyecto y se pretendió expropiar a los vecinos del circuito para instalar un parque temático que jamás se construyó, pero esa es otra historia.

En diciembre de 1985 se hizo el ensayo general en el Circuito con una prueba del Campeonato de España de automovilismo. Superado el escollo, y tras abonar los mil millones de pesetas que Ecclestone exigió para autorizarlo, el 13 de abril de 1986 se celebró el Gran Premio de F-1 Tío Pepe.

Así nació, con un trazado de 4218 metros que, en 1992, se convirtieron en 4423 al retocar la pista para aumentar la seguridad.

Muchas veces, cuando vamos a casa, pasamos por delante del Circuito. Es muy utilizado por diferentes equipos por la benigna climatología local. Es fácil saber cuándo sucede esa circunstancia por el sonido silbante de los motores que inunda la zona.

Entrar en el Circuito es fácil. Tiene dos puertas de entrada para público en general y en una de ellas hay un servicio de recepción que permite a quienes lo deseen conocer este emblemático lugar.

Una vez rebasado este inexistente obstáculo inicial se puede acceder libremente al interior. Salvo al área de boxes. A esa zona sólo se permitió el acceso del público el año en que la Vuelta Ciclista a España acabó con una contrarreloj en Jerez.

Este Circuito tiene 13 curvas, algunas de ellas dedicadas a Angel Nieto, Crivillé, Sito Pons, etcétera. Como la pista está en la parte más baja de la vaguada la visibilidad es buena desde cualquier punto, estando las laderas llenas de gradas.

El año en que llegó la F-1 sucedió un fenómeno curioso. Una comisión de ediles municipales viajó a Japón a un Gran Premio celebrado allí. Regresaron entusiasmados, contando que la asistencia superó las 200.000 personas. En consecuencia tomaron una decisión original, que ha tenido y tiene una negativa repercusión.

Decidieron no hacer publicidad en la ciudad de Jerez para que los jerezanos no fuesen al Gran Premio, previendo que ya del exterior asistirían más de 100.000 personas. Y ciertamente se llenó. Cada vez que hay una prueba la marabunta inunda toda la comarca. Lo malo es que los jerezanos no asisten, salvo excepciones, a su circuito, y que nadie me pregunté por qué.

El fin de semana los precios se disparan. Dentro del circuito se llegó a cobrar 800 pesetas por una cerveza, el día de la inauguración. Finalmente los moteros han aprendido a comprar en los numerosos supermercados de la ciudad.

Mientras recojo algunas fotos y le pego algún grito de ánimo a De la Rosa, observo el trazado de este Circuito.

Recta corta, 600 metros, lo que impide la alta velocidad pero condiciona una primera curva a la derecha donde la frenada es escasa. Tras ella la curva Michelín, que decide prácticamente el tiempo en cada vuelta. Debe ser tomada por su sitio correcto o se entrará en una serie de curvas en malas condiciones. Es lugar de pilotos valientes, allí se conoce la madera del campeón. Quien no se atreve a adelantar en la curva Michelín jamás será campeón.

Siguen dos curvas bruscas, donde quienes hayan adelantado tendrán que jugársela para seguir en la pista sin dejar de pisar. Es el sitio donde más salidas de pista se producen.

Tras una recta de 200 metros se llega a la curva Sito Pons, de derechas. Con un trazado suave por lo que se ven motos que rozan el suelo en sus inclinadas. Es uno de los lugares preferidos por los aficionados.

Tras una ligera subida una bajada de 300 metros donde mandan los motores, tras pasar por la zona anterior donde es el pilotaje quien decide.

Al final una frenada brutal, de derechas, la curva Dry Sack, con un ángulo de más de 120 grados. Es un sitio ideal para las sensaciones fuertes. Puedes adelantar o salirte de la pista, literalmente.

Luego un par de curvas, suaves, con grandes inclinadas y sin bajar la velocidad. Es la zona de descanso del Circuito. Tras estos instantes de reposo se entra en la parte más exigente de la pista.

Las curvas Nieto y Peluqui, una tras otra. Peligrosas porque si vas colado te sales.

Finalmente dos curvas de derecha, Crivillé y Ferrari, suaves y amplias. Son los últimos recursos para adelantar, antes de llegar a la recta final. Pocos son los que consiguen adelantar en esta zona porque todos van a tope.


Para entrar en la recta de meta está la curva Ducados, que permite diferentes trazadas y presenciar los adelantamientos más atrevidos de todo el Circuito.

Esto es lo que os puedo contar del Circuito de casa, tantas veces pisado, tantas veces fotografiado. Tan sólo un consejo final: Normalmente los Grandes Premios coinciden con la Feria del Caballo. Ténlo en cuenta para prolongar tu estancia algunos días más y disfrutar de la vida, al estilo andaluz. Que no todo es conseguir récords de vueltas rápidas.