Visitar Cádiz y no hacer una parada frente al Monumento a La Pepa es imposible. Quien diga tal miente. El Monumento a la Constitución de 1812, modelo de modelos de constituciones posteriores, es el corazón de Cádiz. Es un conjunto de piedras que aún laten, se siente la ilusión de aquel puñado de demócratas que soñaron con un mañana mejor mientras la península era aplastada por las botas de la guerra.
CÓMO LLEGAR: Llegar es fácil, yo diría que ha sido colocado en el lugar idóneo, para que nadie que visite Cádiz pase de largo.
Frente al muelle, es la salida natural de quienes viajan en barco. En este aspecto recomiendo el vaporcito de El Puerto de Santa María y los ferrys de esta ciudad y de Rota. Son formas baratas, originales y cómodas de llegar a esta ciudad trimilenaria. Te dejan en el mismo centro urbano y navegar por la bahía siempre es un encanto añadido. Frente a la parada de autobuses interurbanos. Como hay itinerarios a todas horas es una manera muy utilizada por toda la provincia para llegar a Cádiz sin preocuparse por encontrar aparcamiento. Pero si llegas en coche hay dos aparcamientos públicos en las cercanías. A escasos metros. En un espacio abierto, en la Plaza de España, zona ajardinada típica de Cádiz, tanto por sus palomas como por el microclima que genera su vegetación. Al lado de casi todo. El Ayuntamiento está a unos trescientos metros, la Diputación en la misma plaza, la Junta de Andalucía y la Junta del Puerto ídem de ídem. El resto de la ciudad alrededor, aportando infinidad de posibilidades con sólo dar unos pasos.
No existe ningún problema para llegar al monumento, existen diversas opciones para elegir. Incluso la Plaza de España es accesible para sillas de ruedas, y en todo su interior es absolutamente peatonal.
SU HISTORIA: Este Monumento, que es el símbolo de Cádiz, rememora no lo que fue sino lo que pudo ser. Fue construido cuando algunos demócratas modernos exaltaron en 1929 el fracaso de sus antecesores en 1814.
En 1812 tropas napoleónicas invadieron España. Ante la inoperancia de la monarquía y el anquilosamiento de las estructuras sociales, ancladas en el feudalismo, los liberales plantearon la reforma del sistema. Durante meses se reunieron en el Teatro Las Cortes de San Fernando legislando para eliminar los privilegios medievales y modernizar la administración. Ante el avance francés los diputados terminaron su labor en el Oratorio de San Felipe Neri, ya en Cádiz, en 1812. Este Oratorio se halla en las cercanías de la Plaza de San Antonio. Si te interesa conocerlo esta plazoleta cuenta con aparcamiento subterráneo y una oficina de turismo. La fachada del edificio está cubierta de guirnaldas y lápidas mortuorias con los nombres de algunos de aquellos soñadores. Produce una inquietante sensación y el interior es digno de una visita en profundidad. Te sumerges en el pasado.
En 1814 Fernando VII, el rey prisionero por el que regó su sangre toda una nación, decretó la abolición de la constitución y eliminó a quienes le dieron un trono. Aquel día murió la Constitución de 1812, la que un 19 de marzo, festividad de San José, fue llamada por ello La Pepa por los gaditanos. Y pasó el tiempo. Otros liberales, en otras partes del mundo, soñaron con la democracia Normalmente a base de conquistar la paz a fuerza de escopetazos nacieron otras constituciones, que tomaron como modelo La Pepa. Fueron sus hijas, quienes tuvieron que emigrar porque en España se impuso el absolutismo. Fueron su cosecha, el premio al sueño de casi 300 idealistas que plantearon que el futuro se llamaba igualdad social y eliminación de privilegios. Y lo consiguieron, aunque no vivieron para conocerlo.
Entre 1912 y 1929 se levantó este monumento mortuorio al sueño liberal, a la madre de las constituciones. En esta colosal obra su autor pasa desapercibido. Es tal su simbolismo que no se pregunta por el mismo. El diseño es conjunto, la parte arquitectónica la imaginó Modesto López Otero, la parte escultórica Aniceto Marinas.
EL MONUMENTO: A principios del siglo XX la ideología liberal estaba muy influenciada por la estética clasicista. Hasta el punto de que se confundía modernismo y neoclasicismo. Este es el sentido estilístico del monumento. Es una gran alegoría de La Pepa utilizando el lenguaje clasicista.
Presenta una forma semicircular, emulando el parlamento en que se aprobó y recordando con figuras grecorromanas las fuerzas que intervinieron en aquel acto.
El trono presidencial espera al rey, el gran ausente y posterior verdugo del sueño. Este trono vacío aparece protegido por una figura femenina, que algunos interpretan como Atenea, símbolo de La Pepa como la primera protectora de la monarquía. Algo más arriba una torreta de hasta 20 metros de altura sobre la cual un grupo de diputados sostienen la Constitución en forma de libro de leyes.
En ambos brazos del semicírculo una serie de figuras representando a la nación. Soldados, agricultores, eclesiásticos y otros estratos sociales, dando su consentimiento y su aplauso a la Constitución. En las partes más alejadas del monumento dos alegorías de España y de Hércules.
Por detrás lápidas con los nombres de algunos de los diputados más importantes. Frente a la aparatosidad de la fachada delantera del monumento pasar por detrás es recordar la parte negra de esta historia: la muerte de los padres de la democracia.
SIGNIFICADO ACTUAL: A lo largo de la historia La Pepa ha sido siempre un modelo a imitar. Constituyó un esfuerzo de tolerancia entre los colectivos que allí se reunieron a diseñar un futuro mejor para sus hijos. Como detalle de esto resaltar que un tercio de los diputados que decidieron acabar con el poder eclesial eran eclesiásticos.
Hoy La Pepa es el símbolo vivo de la ciudad. Reflejo de su pasado y espejo de su presente, una ciudad abierta y hospitalaria que sueña con los ojos abiertos en un mañana mejor. Porque es posible, La Pepa nos lo enseña.
Mi consejo: Llegues como llegues a Cádiz parar en la Plaza de España es obligatorio. Los niños se dedicarán a jugar con las palomas, los adultos a hacerse fotos ante el monumento o a descansar a la sombra de sus árboles. No tengas prisa, es La Pepa, es un sueño convertido en piedra, en un monumento que nos demuestra que todo es posible cuando se quiere.
La literatura grecorromana afirma que Cádiz fue fundada en el año 1004 a.C., 80 años después de la Guerra de Troya. La aparición de dos sepulcros fenicios en el casco urbano ha alimentado la teoría de que fue una fundación de comerciantes de Tiro.
Pero los fenicios no fundaban ciudades, tan sólo situaban pequeños grupos en algún lugar fácilmente defendible en las desembocaduras de los ríos. De ahí que existan restos del templo a Melkart en la isla de Sancti Petri.
Los vestigios fenicios más antiguos hallados en Cádiz son del siglo VIII a. C., no habiéndose encontrado estructuras materiales anteriores a dicha fecha. Tampoco parece, a priori, comprensible que la ciudad fuese llamada Gadir ("muralla") cuando las que tiene proceden de época moderna. Estas aparentes contradicciones son explicadas por la tesis de que el asentamiento fenicio que recibió el nombre de Gadir fue el de Doña Blanca, donde existen tramos de murallas de estilo oriental. En el siglo VIII, Doña Blanca fue atacada y sus habitantes se trasladaron a la actual Cádiz, rebautizando el asentamiento nativo.
La importancia en la Protohistoria de Cádiz fue inmensa, siendo el centro de operaciones de los Bárquidas para conquistar la península y, luego, aliada de Roma con el nombre de Augusta Urbs Iulia Gaditana. La familia de los Balbos era una de las más influyentes del Imperio Romano.
En época musulmana Cádiz queda aislada de Europa y se convirtió en una aldea de pescadores. Tras un ataque castellano en 1230 quedó semiabandonada teniendo que ser repoblada en 1230 con montañeses de Santander.
El descubrimiento de América hizo florecer el comercio. Cádiz se llena de palacios para albergar franceses, genoveses, alemanes y holandeses, fundamentalmente. En 1596 y 1635 es atacada por la flota inglesa, por lo que se amuralla. De 1711 a 1718 es la sede oficial de la Casa de Contratación, desplazando temporalmente a Sevilla.
Cádiz se convierte, por su posición geográfica, en la puerta de América, de lo que conserva abundante patrimonio histórico. El intercambio de ideas que se produce en la zona la convierte en motor del liberalismo histórico. Cádiz funda la primera constitución, rompiendo con la estructura feudalista, en 1812 resistiendo el asedio napoleónico. Texto que sirvió de modelo para las constituciones que luego nacieron en el resto del mundo. También es reseñable que en septiembre de 1868 se produjo una revolución liberal conocida como "La Gloriosa".
Tras las pérdidas coloniales del 98 se arruina el tejido comercial de la ciudad teniendo que evolucionar hacia el sector turístico. En este último ámbito Cádiz destaca poderosamente por el cáracter abierto y hospitalario de los gaditanos, por lo que recomiendo su visita.
EL PATRIMONIO MONUMENTAL
Como Cádiz tiene un término municipal muy pequeño, sólo 12, 10 km², y su patrimonio monumental se concentra en el centro histórico, todo queda muy cerca y basta un pequeño paseo para poder contemplar los monumentos gaditanos.
Es ésta una de las características que definen Cádiz. La ciudad, encajada en una pequeña península, se divide en dos partes muy definidas.
Puerta Tierra
- El centro histórico, que comienza con Puerta Tierra, con los barrios más antiguos, el conjunto monumental, las estaciones de Renfe y de autobuses interurbanos y las instituciones oficiales.
- El istmo, urbanizado desde el puente Carranza. Se trata de una larga y rectilínea avenida, con las playas a mano izquierda, paseos marítimos, hoteles y locales de ocio. Y con zonas deportivas, barriadas periféricas de pisos de varias plantas e industrias a la derecha.
Son zonas muy diferenciadas. De hecho en Cádiz se considera que quienes habitan en el istmo no son gaditanos sino “beduinos”. Reivindicando así la impronta gaditana del centro histórico.
En el istmo no hay casi monumentos. Se trata de edificaciones modernas. En cambio en el centro hay pocos edificios altos. El centro sigue conservando la estructura que tenía en el siglo XVI, salvo los lógicos retoques municipales. Casas de dos plantas, patio central, con fachadas nobiliarias, y miradores por encima de las terrazas. Muchas de ellas construidas para las firmas comerciales que se asentaron en Cádiz para el comercio con las Indias. También hay que reconocer que en el centro no hay edificios altos porque la cimentación es difícil. Uno de los edificios emblemáticos de Cádiz es el Fénix, en la Plaza San Juan de Dios, y en su construcción hubo que inyectarle continuamente hormigón porque el mar surgió cuando se excavaron sus cimientos. En algunos lugares, las casas son de tipo popular, las típicas casas de vecinos, con techos altos y evidentes problemas de atraso tecnológico. Son los barrios típicos, alma del carnaval, de calles estrechas y sinuosas donde el tiempo parece haberse quedado dormido. Esta configuración de calles estrechas ha favorecido la aparición de plazas recoletas, llenas de vegetación, tan típicas del sur andaluz.
Aunque todo queda cerca, los autobuses turísticos permiten al viajero conocer tanto el centro histórico como parte del istmo sin necesidad de andar y en varios idiomas.
A pesar de la gran antigüedad de Cádiz no existen yacimientos urbanos de época prerromana. Hay que acercarse a la cercana isla de Sancti Petri para poder contemplar el vestigio más antiguo de la zona, el templo a Melkart, identificado con el templo grecorromano de Hércules. Por sus características podría ser de origen fenicio o foceo. Construcciones militares sobre el yacimiento lo han dejado casi irreconocible.
Ya de época romana destaca el Teatro, al lado de la Catedral. Se trata del segundo teatro en Hispania, sólo superado por el de Corduba. El teatro es el edificio público que sirve para medir la importancia de cada municipium, porque su aforo era proporcional a la población. En Gades habitaban más de 80.000 personas en el primer siglo de nuestra era. Fue financiado por Lucio Cornelio Balbo el Menor y demuestra que la posición atlántica de Gades la convirtió en una de las ciudades más grandes del mundo.
La época musulmana sólo ha dejado huella en los museos gaditanos. El comercio dio paso en Al-Andalus a la economía agroganadera y Cádiz se convirtió en una aldea de pescadores, precisamente por su posición geográfica que determinaba su carencia de tierras agrícolas.
El descubrimiento de América concentró en Cádiz y Sevilla a casi todos los comerciantes europeos, construyéndose numerosos palacios que han dado una fisonomía propia a la ciudad. Esta época ha marcado el diseño urbanístico dejando una huella que permanece. Quizás el edificio más destacado de este conjunto sea la Casa del Almirante, en el barrio del pópulo, ya de barroco tardío, recubierto con mármol de Génova.
Los metales preciosos que llegaban de América, y que Carlos I utilizó para pagar los cuantiosos préstamos con los que compró su título de emperador, despertaron la codicia de franceses e ingleses. Y Cádiz comenzó a fortificarse:
Castillo de Santa Catalina. Es un baluarte unido a la costa por un largo istmo. Su función era impedir que barcos enemigos pudiesen acercarse a Cádiz para cañonearlo. Tiene planta pentagonal para dificultar su asalto. Hasta 1991 ha sido utilizado como prisión militar. El grado de humedad en sus celdas era muy alto. Nació como consecuencia del ataque a Cádiz por parte de la flota anglo-holandesa en 1596. Felipe II ordeno su construcción a Cristóbal de Rojas, quien murió antes de acabarla. Desde 1769 tuvo función militar, convirtiéndose en tiempos de Carlos III en cárcel de liberales e independentistas y más recientemente en el presidio donde se encerraba a quienes se negaban a hacer el servicio militar.
Castillo de San Sebastián: Construido en 1706 para impedir el atraque de barcos enemigos en la playa de La Caleta. Algunos especialistas afirman que se edificó sobre el templo de Kronos.
Baluarte de la Candelaria. Construido en 1672 sobre una loma, con la función de proteger el puerto. Diseñado en forma de rompeolas, tenía numerosos cañones. Tras diversos usos militares se ha convertido en espacio cultural.
Con el tiempo las murallas defensivas de la ciudad se han ido llenando de jardines, de estilo francés, como el Parque Genovés, creando ambientes intimistas y agradables, sobreviviendo especies como el milenario Drago.
Puertas de Tierra: Símbolo de la ciudad, se construyó en el siglo XVII para proteger el acceso terrestre al centro histórico. De estilo academicista, obra de Torcuato Cayón, se diseñaron como un retablo religioso más que como una austera fortificación militar. Fachada de mármol, con las estatuas barrocas de los patronos, San Servando y San Germán, esculpidas por Andreoli.
Torre de Tavira: Torre-vigía, de las muchas que hay en Cádiz porque para las firmas comerciales era importante ser de las primeras en advertir la llegada de barcos de América para estar bien posicionados en el puerto. Ocupa la parte superior del Palacio de los Marqueses de Recaño. Actualmente acoge la Cámara Oscura, un pequeña sala a oscuras donde se reproduce con una lente enorme el fenómeno de la visión. La luz penetra por la lente y proyecta la realidad de la calle sobre una pantalla, pudiéndose contemplar todo Cádiz.
Palacio de la Aduana. En tiempos de Carlos III se proyectaron tres fortificaciones interiores, destinadas a proteger la Aduana, la Casa de Contratación y el Consulado. Sólo se terminó la primera, actual Diputación, en la Plaza de España.
Estilo neoclásico, sobrio, rectangular, de piedra ostionera, con dos patios abiertos internos. Terminado en 1784, lo más interesante es el Salón Regio donde se celebran los actos más importantes de la vida académica y política de la ciudad. Este salón se construyó en 1862 para agasajar la visita de Isabel II.
En Cádiz también tienen importancia turística sus templos. Estos son algunos:
Catedral de Cádiz. Puede ser llamada la última catedral española, porque iniciada su construcción en 1722 aún no se ha completado. Tan larga trayectoria de obras le ha dado un aspecto singular, una amalgama de estilos.
Diseñada por Vicente Acero sobre un esquema de un templo castellano tiene planta de cruz latina con tres naves. Fachada neoclásica, cúpula de estilo bizantino con alicatado sevillano. Altar mayor similar al de El Escorial, obra de Juan de la Vega. Coro barroco procedente de la Cartuja de Sevilla.
Su interior es visitable destacando su cripta, con la tumba de Falla, la colección de cuadros y el Museo Sacro. Su nombre oficial es Santa Cruz sobre el Mar aunque se la suele llamar Catedral Nueva porque sustituyó a la anterior catedral erigida por Alfonso X el Sabio, ahora Catedral Vieja.
Iglesia del Carmen. De estilo gótico, siendo su retablo mayor de estilo rococó con la imagen de la Virgen del Carmen atribuida a La Roldada. De amplia veneración al ser esta virgen la patrona de los marineros.
Iglesia de Santa María. Del siglo XVI. Lo más interesante su claustro.
Iglesia de la Santa Cruz: También del siglo XVI. La Catedral Vieja fue el primer templo cristiano construido en Cádiz al llegar los reconquistadores. Lo más interesante la capilla de los Genoveses, amplia colonia en tiempos, y el altar mayor de Alejandro Saavedra.
Iglesia de San Antonio. Lo más interesante su retablo mayor neoclásico.
Santa Cueva: Resultado de la unión de la Capilla Baja y la Capilla Alta. Con dos lienzos de Goya.
Iglesia de San Francisco. Del siglo XVI, planta rectangular y una sola nave. Destaca su retablo mayor rococó.
Oratorio de San Felipe Neri: Con una sola nave rodeada por siete capillas, la luez le entra por una cúpula con ocho ventanales. Su fachada está llena de lápidas, recordando que en este templo se reunieron los diputados para aprobar la Constitución de 1812. Con una Inmaculada de Murillo, situada en un retablo barroco.
Convento de Santo Domingo. Del siglo XVII, en estilo manierista. Destaca su retablo mayor, en mármol, con la patrona local, la Virgen del Rosario.
Iglesia de la Palma: Del siglo XVII, con planta elíptica formada por tres tramos rectangulares continuados. Destacan la torre cuadrada en su fachada y la talla de la Virgen de las Penas.
El cosmopolitismo generado por la confluencia de culturas que comerciaba con las Américas favoreció el desarrollo de ideas liberales, fruto de las cuales nació la Constitución de 1812, madre de las demás constituciones de la historia. Estos movimientos racionalistas, que posteriormente cuajaron en gobiernos ilustrados, llenaron Cádiz de edificios públicos.
Hospital de Mujeres. Del siglo XVIII, estilo barroco. Destaca un lienzo de El Greco.
Hospital de San Juan de Dios. De la misma época y similares características.
Gran Teatro Falla. Diseñado en estilo neomudéjar por Adolfo Morales de los Ríos, comenzó a construirse en 1884 y acabado, cambiando el diseño original, en 1905 por Juan Cabrera de la Torre.
Planta en forma de herradura, sede tradicional de la final del Concurso de Carnaval.
Ayuntamiento. Iniciado en 1799 por Torcuato Benjumeda y terminado en 1861 por García del Álamo, es de estilo neoclásico con influencias isabelinas. Tiene delante un pórtico con arcos y un cuerpo de columnas jónicas con un frontón rectangular superior. Salon de sesiones de estilo isabelino, con una lámpara de cristal de Murano del siglo XVIII.
Cárcel Real. La obra cumbre del neoclasicismo andaluz nació para sustituir a la anterior cárcel, demasiado pequeña para los ideales ilustrados. La diseñó Torcuato Benjumeda, en 1794, con planta rectangular y pilastras toscanas. Desde 1990 se utiliza como sede de los juzgados.
Finalmente, recordemos al Monumento a la Constitución de 1812. El símbolo por excelencia de Cádiz, en la arbolada Plaza de España, entre palomas, niños y turistas.
Diseñado entre el arquitecto Modesto López Otero y el escultor Aniceto Marinas, se inauguró en 1912. Es la imagen de Cádiz, recuerdo para quienes le visitan y para quienes en Cádiz residen del sueño de unos visionarios que se unieron, contra la historia y contra la fuerza de los cañones de los invencibles ejércitos napoleónicos, para cambiar el mundo. Y con la sola arma de su fe y de su confianza crearon una Constitución que ha servido de modelo para cambiar la faz del planeta. Y las estructuras feudales medievales fueron abolidas surgiendo el mundo moderno, aquí en Cádiz.
GASTRONOMIA EN CÁDIZ
Cádiz, por su antigüedad y por su posición geográfica entre Europa, África y América ha sido siempre lugar de encuentro de muy diferentes culturas. Por su puerto entraron en Europa alimentos tan esenciales como la patata y el tomate, por ejemplo, o los dulces árabes. Pero el gusto gaditano ha ido creando una gastronomía con raíces propias, muy definida, cuyas características esenciales se pueden resumir en:
1.- Recetas de estero.
La gastronomía gaditana gira alrededor de los productos (pescados de litoral, mariscos y crustáceos) que puede conseguir en su costa. Estos elementos culinarios, inexistentes en los términos municipales del resto de la provincia, son el símbolo de identidad de Cádiz. En cualquier época del año se pueden comprar erizos frente al Mercado de Abastos, que se consumen directamente sin más elaboración. La mojama es típica en la Plaza de las Flores. El Carnaval se inicia con una degustación gratuita a todos los que visitan Cádiz de erizos y ostiones, en dos fechas distintas. Y ya se sabe que los productos típicos de cada ciudad son, precisamente, los utilizados para estas celebraciones multitudinarias. En Cádiz se usan erizos y ostiones, dejando claro cuál es el tipo de productos que más valoran los gaditanos en el aspecto gastronómico. También hay que hacer mención al uso de los camarones en tortilla y al pescado de litoral, quizás las dos recetas más famosas de Cádiz.
2.- El gusto por lo sencillo
Aunque en Cádiz existen restaurantes de muy alto nivel en el aspecto de la restauración, el gusto local se mantiene tradicional. La cocina local prefiere ingredientes rotundos, platos de toda la vida, con pocas concesiones a las innovaciones. Se nota en este aspecto la herencia marinera de la gastronomía gaditana, proliferando los platos donde el pescado se condimenta con verduras y hortalizas al estilo marinero.
3.- La variedad de ingredientes
Cádiz está rodeado de mar, de campiña y, a algunos kilómetros, de montañas. Dispone, pues, de ingredientes de todo tipo. Lo típico, para el turismo, es consumir productos de la mar, pero la dieta local incorpora, también, recetas nacionales. En la ciudad hay muchos restaurantes de batalla, de precios muy económicos. Sus cartas ofrecen un amplio repertorio de platos de toda la geografía nacional e internacional. Siendo una cualidad de la ciudad su cosmopolitismo están acostumbrados a recibir clientela de todo el mundo. En este sentido existen también muchos locales especializados en un tipo concreto de cocina, como italianos o indios, por ejemplo. No obstante lo representativo de los restaurantes gaditanos son los establecimientos que sirven tapas y raciones a lo largo de todo el día, ofertando la variedad y la calidad de los productos de estero como seña de identidad.
4.- La dispersión de los restaurantes
En Cádiz, al contrario de muchas otras ciudades, los restaurantes no están concentrados en el centro o en alguna zona comercial. En Cádiz hay restaurantes por todas partes, lo cual se explica porque en Cádiz no existe ninguna zona más importante que las demás para el turismo. Por ello existen líneas enteras de restaurantes en el Paseo Marítimo de la playa Victoria, en el Paseo Marítimo de la playa Santa María, en la Avenida Andalucía, en la Plaza de San Juan de Dios, en la Plaza de las Flores, alrededor del Mercado de Abastos, etcétera. Prácticamente en cualquier rincón del centro, en las arterias que llevan al mismo o frente a las playas, existen restaurantes. La diferencia de calidad entre unos y otros es enorme, por lo que recomendamos al viajero que se deje asesorar en el alojamiento que utilice para que la comida se adapte a sus gustos personales.
5.- La influencia andalusí
Donde se nota más la huella de los seis siglos que Cádiz perteneció al mundo musulmán es en los postres. Para Cádiz el postre es tan importante como la comida y algunos de ellos los realizan con tal primor que en ningún otro sitio saben como aquí.
Algunas recetas típicamente gaditanas:
- Tortillitas de camarones - Pescaíto frito - Ortiguillas fritas - Pescado a la teja - Atún encebollado (Actualmente casi todo el atún que se produce en la bahía gaditana se exporta directamente a Japón, dada su alta calidad. No tiene nada que ver con el clásico atún que se vende en latas en los supermercados, recuérdelo). - Caballa asada - Caballa con babetas - Pescado en sobreasa - Cazón en adobo - Huevas aliñás - Panizas
POSTRES - Pestiños - Pan de Cádiz - Anguilas de mazapán (Producto de origen manchego que se ha convertido en una especialidad gaditana). - Rosquillas gaditanas - Bizcocho de Cádiz
La lista de platos y postres típicos gaditanos puede ser inagotable, sirvan los expresados como referencia de la gastronomía local.Ven a disfrutar de Cádiz, no te arrepentirás.